enero 03, 2017

Fujimoristas empiezan a ceder a favor del Senado

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Adolfo Medrano

Si bien todavía no hay consenso entre los fujimoristas, ya es un hecho positivo que después de 23 años de unicameralismo, en cuyo escenario el Perú no pudo alcanzar grandes consensos y sí copiosos pleitos, Luz Salgado, una de las voceras más reconocidas de ese colectivo político, haya admitido al fin la necesidad de contar con un Senado que aporte a la reforma electoral.

Tras el autogolpe de Estado del 5 de abril de 1992, el país transformó su estructura jurídica y reivindicó las medidas del Consenso de Washington a través de una nueva Constitución que cercenó el bicameralismo.

De esta manera Fujimori pudo hacer y deshacer a su antojo bajo el argumento que dos cámaras legislativas resultaban obstruccionistas. Argumento que jamás reflejó su verdadero aporte: que las leyes se discutan de manera apropiada en una primera cámara y que la segunda cámara, en calidad de revisora, aporte el equilibrio y la razón.

Los fujimoristas fieles al estilo de su líder máximo denostaron todo lo que pudieron contra el bicameralismo y se mantuvieron firmes en no dejar pasar cualquier iniciativa que pudiera reformar la Constitución con dicho fin.

Sin embargo, contra todo pronóstico, la actual presidenta del Congreso unicameral, Luz Salgado, admitió en una entrevista radial la necesidad de contar con un Senado “pequeño”, permitiendo con ello una apertura política inesperada.  

Con prudencia el portavoz fujimorista en el Congreso, Luis Galarreta ha señalado que la propuesta es “válida e interesante” aunque auguró que algunos de sus colegas de bancada podrán “coincidir o discrepar”.

"Es importante empezar esta discusión de un pequeño Senado para una próxima reforma electoral, que es una de las tareas pendientes que tenemos”, anticipó la legisladora de manera textual y esto obligará a que los fujimoristas enfrenten la situación sin demagogia.

En realidad, el Senado de la República siempre fue pequeño respecto de la antigua Cámara de Diputados y tuvo un rol importantísimo en la vida política del país. No se puede pasar por alto que mentes lúcidas de todas las bancadas políticas fueron miembros de ese cuerpo legislativo, cuyo espacio físico se ha convertido ahora en una suerte de auditorio multipropósito.

Senadores fueron, por ejemplo, los apristas Luis Alberto Sánchez, Carlos Manuel Cox, Luis Heysen Incháustegui, Armando Villanueva del Campo, los pepecistas Mario Polar Ugarteche, Jorge Lozada Stambury, Felipe Osterling Parodi, los acciopopulistas Manuel Ulloa Elías, Javier Alva Orlandini, Andrés Cardó Franco, los comunistas Jorge del Prado, Carlos Malpica y Edmundo Murrugarra Florian, entre otros.

Personalidades preparadas, cultas y con un inmenso amor por el Perú que reivindicaron la definición de la política, entendida como la actividad encargada de regir los asuntos públicos.

De acuerdo al artículo 206 de la carta magna de 1993, toda reforma constitucional debe ser aprobada por el Congreso con mayoría absoluta del número legal de sus miembros, y ratificada mediante referéndum. Puede omitirse el referéndum cuando el acuerdo del Congreso se obtiene en dos legislaturas ordinarias sucesivas con una votación favorable, en cada caso, superior a los dos tercios del número legal de congresistas.

Esto quiere decir que si los fujimoristas se ponen de acuerdo y a ellos se suman las otras fuerzas políticas que apoyan la medida, para el bicentenario de nuestra independencia o antes, volveremos a ser un país bicameral, de acuerdo a la tradición legislativa de las democracias representativas de la mayoría de países.

"Yo veo con simpatía un pequeño Senado, no un gran Senado, porque a la población tampoco le gusta que tú dupliques el número de parlamentarios. Pero sí este de carácter mucho más sénior (superior), para que se puedan enfocar las tareas a otro nivel", anticipó la legisladora.

Independiente de las discrepancias que caracterizan a los grupos políticos, el bicameralismo era un reclamo general. Que regresen con nombre propio la otrora Cámara de Diputados y el Senado de la República. Quizá así tengamos mejores leyes.

La pelota está en la cancha de los legisladores y es hora que los operadores políticos la empiecen a mover en beneficio del Perú.

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