noviembre 23, 2016

El avestruz y el gato multicolor

Adolfo Medrano

Cerrar las puertas de la economía americana para que nadie se infiltre recuerda el hábito del avestruz que por temor al peligro entierra la cabeza para resguardarse sin saber bien qué hacer, ni adónde ir. 

Y es que el mandatario electo Donald Trump exhibe ya el mascarón de proa de su gestión: el proteccionismo a ultranza de la economía estadounidense frente a la “amenaza” de la globalización y los acuerdos multilaterales que, contra lo que él cree, constituyen el verdadero progreso.

El anuncio del retiro de Estados Unidos del Tratado Asia Pacífico (TTP, por sus siglas en inglés) implica una decisión riesgosa. Si para Trump el temor es que la economía americana naufrague en un entorno globalizado, lo único que va a conseguir es aislar a esa importante nación de un intercambio que dinamiza las relaciones comerciales y propicia el crecimiento. Esas medidas pueden despertar el fantasma de la recesión con las consecuencias que ello implica: desempleo, cierre de negocios, transferencia de activos o movimiento bursátil con indicadores negativos.

¿Está el mercado americano en condiciones de resistir esa situación y generar superávit? Bien difícil. Claro que Trump se ha curado en salud y como respuesta a sus medidas proteccionistas ha dicho que renegociará acuerdos bilaterales específicos para que ello “devuelva los empleos industriales a las orillas de América”.

Si a eso se suma el anuncio de la expulsión inicial de hasta tres millones de inmigrantes con problemas ante la justicia y luego los que sigan, la cosa se pone crítica y se esperan cambios bruscos. Trump parece olvidar cuál es el verdadero engranaje que mueve el motor de la economía americana y algunos analistas han señalado que esa medida va a encarecer la mano de obra de manera significativa.

¿Quién va a salir favorecido con esta decisión? Nada más ni nada menos que el gigante chino, interesado en consolidar su liderazgo mundial.

La presencia del presidente chino, Xi Jinping en la cumbre APEC realizada en Lima, fue la mejor plataforma para matar dos pájaros de un tiro cuando afirmó que "los arreglos pequeños y exclusivos no son la opción correcta" porque China no participa en el TTP y, de paso, anticiparse en responder a los anuncios de Trump.

Por esas cosas del destino, la coyuntura resulta propicia para China si logra liderar los procesos de integración comercial con las naciones que conforman el APEC. Quizás por ello Jinping ha dicho que "el logro de un área de libre comercio del Asia-Pacífico es una iniciativa crítica para una prosperidad de largo plazo". No hay que olvidar que los chinos producen y exportan de todo, lo que los obliga a asegurar mercados para una adecuada comercialización.

El proteccionismo puede resultar un tiro por la culata para Trump y los economistas tendrán mucha tela para analizar y hacer pronósticos.

Entre tanto, los chinos fieles a la lógica denxiaopinista seguirán expandiéndose en términos capitalistas sin importar que su estructura política sea comunista, pues como decía aquel viejo líder post-Mao: “no importa de qué color sea el gato, lo importante es que cace ratones”.

Y tampoco se debe olvidar aquella otra frase que Den Xiaoping pronunció en 1992 ante algunos incrédulos ciudadanos: “enriquecerse es glorioso”, algo que la economía china parece haberse tomado al pie de la letra desde entonces.

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