Adolfo Medrano
El tema del café es de suyo, muy apasionante. Vengo de vivir algunos años en México, donde la cultura por esta bebida constituye parte de su dieta cotidiana y se incorpora en los menús de las comidas.
Hablar de café es referirse a un antioxidante, indispensable para la longevidad. Y obliga a polemizar con sus detractores para echar por tierra los supuestos efectos nocivos en la salud. Por supuesto, todo alimento o bebida consumido en exceso puede ser perjudicial, eso es de perogrullo.
Si bien apenas han transcurrido algunos miles de años desde que el hombre conoció el fuego, lo que concitó su interés por el conocimiento y nuevos descubrimientos, no pueden soslayarse los atributos de esta bebida hecha a partir del grano tostado y molido, pasado por agua hirviente.
Y nos referimos a las cualidades energéticas, digestivas y reconfortantes que el café ofrece al organismo, amén de ser parte obligatoria en el protocolo de la vida social.
Desde la famosa leyenda atribuida al pastor Kaldi en la antigua Abisinia, hoy Etiopía, cuando vio que sus cabras cobraban vitalidad al comer unos frutos rojos del monte, el café o más propiamente, el cafeto, fue transformándose. Los monjes a los cuales Kaudi llevó una muestra de dicha planta, hicieron la prueba de cocinarla, pero se disgustaron mucho por su mal sabor. Luego, cuando echaron los remanentes al fuego, descubrieron que los frutos tenían un aroma muy agradable y de allí lo que sigue es historia, más o menos, conocida...
Y digo más o menos conocida, porque si bien el cafeto ya se cultivaba en el Siglo XV dC en la península arábica, los holandeses adquirieron árboles en 1616 y con su Compañía de las Indias Orientales sembraron cafetales en Ceilán (Sri Lanka) y en Java (isla de Indonesia). Este comercio se expandió hacia otros países de Europa y sus colonias. Y fue así que, poco a poco, el negocio se hizo cada vez más grande, gracias también a sus preferencias de consumo.
Por su impacto económico, en la actualidad la industria del café es un negocio de exportación casi tan importante como el petróleo. Un dato que recoge Wikipedia de un sitio web evangélico, indica que la “industria del café mueve en la actualidad 70.000 millones de dólares al año, cifra superada únicamente por el petróleo en lo que se refiere a exportaciones a escala mundial, según la revista Investigación y Ciencia”. (sic).
En el caso del Perú conviene destacar el esfuerzo de los productores locales que, organizados en cooperativas, han resistido los cambios neoliberales y las crisis mundiales, y se han mantenido como un modelo de crecimiento económico sostenido. Lejos de arriar sus lábaros organizaciones, las cooperativas cafetaleras y también aquellas del cacao, se han mantenido como organizaciones sólidas que reconfirman la viabilidad de dicho sistema, integrado por trabajadores y productores agrupados en asociaciones voluntarias para conseguir determinadas metas sociales y económicas.
De allí que si alguien pensó que el cooperativismo se había extinguido en el Perú, les invito a interesarse por el trabajo de los productores que no sólo en el caso del café y el cacao, sino de muchos otros productos del campo, desarrollan sus actividades bajo este sistema que reivindica a los 28 trabajadores ingleses de la industria textil que, tras quedarse sin empleo y luego de una huelga en 1844, decidieron formar la Asociación Equitativa de los Pioneros de Rochadale, con un aporte de 28 peniques per cápita.
Ellos promovieron las reglas históricas del cooperativismo de libre adhesión, control democrático, gestión de los administradores, educación cooperativa, reparto de excedentes, integración cooperativa y preocupación por la comunidad.
Principios que siguen rigiendo y que no sólo han permitido la organización de trabajadores y productores, sino que contribuyen al desarrollo humano y sostenible del Perú. Por tal motivo, procuremos siempre una taza de café en cualquiera de las modalidades de nuestra preferencia: pasado, americano, cortado, moka, capucchino o frapuccino, y disfrutémosla.
¡Buen provecho y larga vida!
5 comentarios:
Interesante saber cómo el café compite con el petróleo en exportaciones.
Pues que bien Fito porque me encanta el cafe ggg. Y que bien porque la gente del campo, los recolectores trabajan duro saludos
Asi es, Chololo, estaba pensando también en Tabasco cuando lo escribí.
Saludos,
Fito
La.cafeina q contiene el cafe es importante ahora para la industria de ka belleza pues ese componente dentro de un pote de crema y otras sustancias mas es recomendado para tratamientos reductores pues dicen q tiene la propiedad de eliminar la odiosa celulitis en laa mujeres.q tan cierto sera eso???
Parece que si es cierto, que los oxidantes del café retrasan el envejecimiento.
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