Aspirar a un sistema educativo escolar de calidad que haga
énfasis en la educación cívica, el deporte y las artes, y que las universidades
se acrediten para contar con profesionales calificados, parecen ser buenos
anuncios.
Ojalá y el ministro repitente tome nota del discurso
presidencial, pues la gestión en el sector Educación necesita cambiar de rumbo.
La infraestructura resulta importante pero no lo es todo.
Sería mezquino desconocer algunos logros conseguidos en el
quinquenio que acaba de terminar, tales como la construcción y rehabilitación
de cuatro mil escuelas en el interior del país, la inauguración de 22 colegios
de alto rendimiento en igual número de regiones o el incremento del presupuesto
a 4.1% del PBI, es decir algo más de 24 mil millones de soles.
Sin embargo fue el presidente Kuczynski, quien subrayó el
pendiente: “prestar un servicio de Educación Pública de calidad que abra el
mundo a millones de jóvenes”.
Y si al ministro no le quedó claro, la cosa es simple: que
los valores de respeto ciudadano, de la prevención de la salud y el fomento de
la cultura universal sean una prioridad del sistema educativo escolar. ¿Qué
quiso decir el mandatario? Cambiar el currículo educativo para que la educación
vuelva a tener asignaturas con nombre propio y no los bloques que pocas
certidumbres brindan a los alumnos en la actualidad.
Sólo a través de la educación cívica, el deporte y las
artes, así como las ciencias, las humanidades y la práctica de idiomas,
podremos aspirar a un sistema de calidad. ¿Era complicado entenderlo?
Una educación de calidad es la única forma de sacarnos de la
espiral de violencia, la falta de valores y de actitudes cuestionables en
algunos sectores de nuestra juventud. “Un pueblo educado no se equivoca, un
país de ciudadanos educados defiende sus ideales, respeta a otros, busca la
paz”, ha señalado el mandatario y ojalá el ministro repitente haya tomado nota.
Aunque sin mencionarlo de forma expresa, Kuczynski parece
haber aludido a la mala performance que tuvimos en la prueba PISA de 2012 e
insiste en una preocupación prioritaria: que los niños y jóvenes entiendan lo
que leen, que hablen idiomas extranjeros y nativos porque, bien ha dicho, solo
un joven educado se abre camino.
También se refirió al proceso de acreditación de las
universidades y, aunque no añadió la certificación de los profesionales, se
trata de un primer alcance que pretende elevar los niveles de formación en la
educación superior.
No transitamos el escenario de una revolución educativa,
solo una reforma elemental. Queda pendiente la reestructuración de la educación
básica regular y la inclusión del bachillerato antes de ingresar a la
universidad, lo que implica dejar el elitismo actual que hace a unos pocos
colegios tener esta opción educativa.
Lo prioritario es modificar el currículo educativo. Si bien
a los técnicos del sector esto resulte abrumador, sería bueno que vean el largo
plazo y se pongan a trabajar. "Trague" eso, señor ministro, si se nos permite
seguir el estilo Kuczynski.
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