Del dolor que vive México por el clima de violencia criminal,
los extremistas se valen del efecto mediático para generar la idea de inseguridad
y caos generalizado.
Independiente al reclamo social que cuestiona la presencia
militar en determinados municipios o denuncia el abuso de la fuerza pública,
resulta importante que los tres niveles de gobierno y la sociedad civil asuman
compromisos para lograr consensos sin patear el tablero desde ambas orillas.